El mercado de la industria del Manga movió 14.11 billones de dólares durante el 2023 y se estima que va a seguir creciendo a un ritmo del 5% anual aproximadamente. Estos son datos fríos, pero también representan una realidad sobre las preferencias de consumo y cómo se ha internacionalizado dicho consumo; Uruguay inclusive. Solo necesitamos ver cómo ha aumentado su presencia en librerías y comiquerías, su presencia en festivales como Montevideo Comics, inclusive en la popularidad de clubes de lecturas especializados en Mangas como el caso de Nakamangas. De forma inevitable este intercambio cultural termina formando a nuestros presentes y futuros artistas locales. Cornejo Polar hablaba de la heterogeneidad cultural donde “interesa examinar los hechos que se generan cuando la producción, el texto y su consumo corresponden a un universo y el referente a otro distinto y hasta opuesto”. Esta tendencia presente en el medio uruguayo algunos antecedentes como puede ser El octavo día (Costa Comics Editora, 2017) de Diego Díaz, o inclusive la adaptación de la novela de Natalia Mardero, Cordón Soho (Estuario, 2014), dejando el nacimiento de una corriente que puede denominarse “Urumanga”.
Gabriel Cardozo ( diseñador gráfico y dibujante) recorre este camino estético con Fathers of la patria, una historia que utiliza el panteón de próceres nacionales en una trama que recuerda el Manga Estrella del Norte y los juegos de arcade como Marvel vs Campcom. El uso de elementos de la historia nacional no es nueva en el mundo de nuestro cómic – siendo quizás el más recordado Los últimos días del Graf Spee (Santullo – Bergara, Estuario 2013) -, tampoco la figura de Artigas, donde destaca el Procer Zombie de los Silva Bros. Quizás la diferencia más acentuada es que Cardozo al optar enteramente por la estética Manga, recurre al uso de belleza hegemónica, donde héroes y heroínas, presentan estas figuras Aquilescas, acercando a los personajes más a deidades que hombres.
Sobre el desenlace de la historia, un reflexivo y Apoleónico Artigas reflexiona: “¿y qué es la historia, más que un conjunto de relatos, mentiras y medias verdades?” Lejos quedaron los tiempos donde canciones como “El día que Artigas se emborrachó” o “El primer oriental desertor” – ambas del Cuarteto de Nos – generaron un revuelo que terminó involucrando funcionarios públicos porque entendían que socavan la idea de patria. Quizás en el siglo XXI la idea Estado-nación se ve distorsionada por la globalización y el poder de las multinacionales permitiendo que una obra de arte pueda tomar símbolos patrios y jugar con ellos, reírse de ellos, cuestionarlos.
Cardozo se permite utilizar este bastión de nombres y jugar con ellos, mezclándolos con elementos autóctonos, con referencias musicales, entre viñetas construidas con precisión y dinamismo, resultando en una historia de aventura que no ofrece pausas. Sin embargo, es importante destacar que este tipo de obras, de esfuerzos editoriales, también son una posibilidad; Cardozo crea un escenario que permite el acercamiento a las tradiciones uruguayas desde otro enfoque, habilita la chance de alimentar la curiosidad a través de la resignificación de icónos marmóreos que muchas veces nos parecen distantes – por no decir tediosos – y a través del uso de un medio de producción artística que crece, acercar viejas historias a nuevos públicos. Bienvenido sea este mundo de viñetas.
Santiago Díaz Negrín
